CAPITULO 3
DULCES SUEÑOS. 03
¿Qué es justo y qué es injusto? En una guerra siempre serás el
bueno y los contrarios serán los malos. En nuestra vida nuestro ser egoísta
siempre trata de hacernos ver como el bueno de la historia. Pero ¿Qué es la
justicia? La justicia depende
de los valores de una sociedad y de
las creencias individuales de cada persona. Pero en este mundo lleno de maldad,
la justicia tiene otro significado, y la única regla es que, mientras más
poderoso seas, mientras más dinero tengas, la ley siempre estará a tu favor y
aquellos considerados miserables, pobres, indigentes serán culpables de la
maldad y las injusticia de cualquier país, es así aquí y todos los lugares, una
justicia humana, es una justicia comprada… en la mayoría de las ocasiones.
LEOPOLIS
7:31 PM – 4/4/2024 – DISTRITO DOS –
GOBIERNO IMPERIAL DEL SUR
Después de salir por unos túneles
subterráneos que el gobierno ignora su existencia, 20 camionetas negras
blindadas se dirigen al aeropuerto, su objetivo, el ministro de comunicación,
quien huye despavoridamente a otro país al enterarse de que la Legión de Fénix
a secuestrado a varios miembros del gobierno, su esperanza es un vuelo que sale
a las 8 pm hacia Hope City, está acompañado de dos guardaespaldas vestidos de
civiles, el temor se apodera de él.
El ministro de comunicación Joseph Martin,
se encuentra en la sala de abordaje, impaciente mueve su pie rápidamente de
arriba abajo, algunas personas lo miran de manera extraña, se nota su
nerviosismo, aunque algunas personas lo reconocen, no le dicen nada, su
guardaespaldas le dicen cosas para que se tranquilice como: “todo va a salir
bien” y “nadie sabe que usted esta aquí”. Aun así el ministro sigue nervioso,
el sudor recorre su frente y su cara se pone roja, algunas personas piensan que
se le subió la tensión o incluso algunas piensan que es un infarto ya que es
una persona que sufre sobrepeso.
Por fin, por medio de altavoces anuncian
que los pasajeros pueden subir al avión, el ministro suspira de alivio, el
junto con los otros pasajeros, incluidos sus dos guardaespaldas, abordan el
avión. Todo pasa muy tranquilo, demasiado normal a su parecer, al mirar por la
ventana para su sorpresa vio a un hombre alto y delgado, su rostro estaba
cubierto con una capucha, este hombre levanto su cara y el ministro vio a su
peor pesadilla, era Kaiser, que extendiendo su mano hacia su máscara, cerro su
puño y levantando su dedo índice le hacia una seña de que guardara silencio, el
ministro totalmente asustado comienza a gritar y uno de sus guardaespaldas,
trata de tranquilizarlo preguntándole:
-
Señor ministro,
¿Qué es lo que le sucede?
-
Esta hay, ¡ESTA
HAY, KAISER ESTA HAY! – decía el ministro mientras su cara se volvía cada vez más
pálida – viene por mí, para que no cuente su secreto
-
¿De qué habla
señor ministro? ¿qué secreto es ese?
-
Algo por lo cual
el presidente me mataría, y si lo digo Kaiser también lo haría, ¡estoy contra
la espada y la pared, Héctor!
-
El guardaespaldas
del ministro, Héctor, siente mucha intriga – tal vez si me cuenta lo que paso
se tranquilice y se le quite la paranoia – en esto interrumpe la aeromoza y le
da un vaso de agua a Joseph.
-
Muchas gracias
señorita, esto seguro me calmara – dice Joseph después de tomar un sorbo de
agua.
-
Usted se ve
cansado tenga tome un poco de agua – dice la aeromoza con una gran sonrisa.
-
Muchas gracias
señorita – agradece Héctor mientras se percataba que la aeromoza tenía un botón
de más desabrochado lo cual le permitía ver hasta el borde del sostén.
Seguidamente la aeromoza se retira para hablar
con unos pasajeros que pelean sobre cuál es su puesto, en eso Héctor le dice la
ministro: “cálmese ministro, dentro de poco despegaremos y todo saldrá bien,
además la policía federal está en todo el aeropuerto así que es imposible que
pasen” el ministro miro a Héctor y le dice: “tienes razón, me preocupo
demasiado, es más creo que dormiré un rato para descansar”, Héctor acento la
cabeza afirmando que era lo mejor, después de dos minutos la aeromoza regresa a
recoger los vasos, ve al ministro un poco pálido y le pregunta a Héctor:
-
¨ ¿está bien el
señor?
-
Claro, solo
duerme una siesta – contestaba Héctor muy confiado.
-
El ministro está
muy pálido – dijo la aeromoza asustada.
-
Héctor
preocupado le mide el pulso, para su sorpresa el pulso es muy débil y grita –
¡ayúdenme por favor, necesito a los médicos, rápido! ¡Rafael ven acá!
En eso llegan los médicos y lo sacan del
avión, Héctor sale con ellos y suben a un auto, pero se percata que Rafael no
ha salido, así que voltea al avión, en eso recuerda un hecho interesante, él
nunca le dijo a la aeromoza que viajaba con el ministro, en eso cae al suelo y
mirando a la aeromoza le dice: ”es una trampa” en eso voltea el chofer del auto
y le dice: “en un plan con demasiados errores, tardaste demasiado en darte
cuenta”, ese chofer, era Kaiser, pero esta vez vestido con una chaqueta negra
de cuero, acto seguido Héctor pierde la conciencia y cae al suelo, Rafael quien
se había desmayado antes cuando su compañero de asiento peleaba con quien de
verdad ocupaba ese puesto, se encontraba ya desde hace 5 minutos en el auto.
Suben a todos los secuestrados en
camionetas negras distintas, y toman rutas diversas, por supuesto, Kaiser va
acompañado del ministro Joseph, pero para su mala suerte una barricada de
policías, se encuentra en frente. ¿Qué planea Kaiser? Manda a detener el auto,
se baja con dos de sus soldados, uno de esos soldados era Madelin y el otro era
Tobías, los tres juntos caminaron hacia la barricada, allí se encontraba Helena
y los demás policías, ella se enteró también de que el ministro iba a escapar
hacia otro país, así que en su astucia bloqueo las salidas del distrito dos,
pero Helena no conoce las salidas secretas hacia el distrito tres, así que
Kaiser había ordena a las otras camionetas usar otros caminos, así que Helena
se preguntaba ¿por qué él está solo? Les grito a todos “ESTEN ATENTOS, ESTO ES
PROBABLEMENTE UNA TRAMPA”. Kaiser avanzaba poco a poco con sus soldados
desarmados, con cada paso el corazón de los policías sentía miedo, miedo por el
hecho de que ellos también son culpables de aquello que Kaiser está vengando,
con cada paso su corazón se acelera, sus pupilas se dilatan, sus manos
tiemblan, la piel se les eriza, sus dientes se aprietan cada vez más, Helena se
percata de esto, entonces que manda a detener a Kaiser,
-
¡Hey tú!, el de
la máscara, detente.
-
¿Me hablas a mí?
Porque si no te has dado cuenta ellos también usan mascaras – dijo Kaiser en
tono sarcástico.
-
No te hagas el
tonto, claro que hablo contigo, vamos quítate la mascara
-
No, no, no, no,
no, eso está mal, tu lucha es contra esta mascara, no contra quien está debajo,
quien está debajo es un ser miserable, pero esta mascara es un ideal, una
esperanza, es algo que las sus armas no pueden matar, no pueden torturar, y
sobre todo, no pueden callar, puedes matarme hoy y sin embargo otro Kaiser se
levantara y con ella otra Legión, es algo contra lo cual no pueden ganar.
-
Te equivocas
Kaiser, no busco ganar, solo hago cumplir la ley y llevarte ante la justicia
-
¿justicia?
¿JUSTICIA? Acaso escuche bien – decía Kaiser con una voz burlona y empezando a reír
a carcajadas, los policías se veían unos a otros totalmente confundidos, ¿ante
esta situación todavía tenía el descaro de reír? Se preguntaban los policías,
cuando termino de reír continuo diciendo – ¿y en esa justicia de la que hablas,
a cuantas personas del gobierno han metido tras las rejas? O es que acaso ¿este
gobierno es justo y sin errores?
-
No estamos aquí
para hablar del gobierno, estamos aquí para arrestarte
-
Que pasa Helena,
no creí que fueras tan aburrida
-
Helena se quedó
sorprendida, ¿Cómo es que conoce su nombre? – co… como Sabes quién soy yo, quien… quien te dijo mi nombre… ¡CONTESTA!
-
Parece que te has animado, eso
es excelente, dime ¿de verdad quieres saber la respuesta?
-
¡HABLA DE UNA VEZ! – decía
Helena fuera de control.
-
Calma Helena, todo a su tiempo,
solo te diré que, nada escapa a los ojos de la justicia. Pronto conocerás la
verdad, pero todo a su tiempo.
Con eso se dio media
vuelta y se dirigió hacia la camioneta, Madelin lanzó una granada al suelo
cuando todos estaban distraídos, esta creo una cortina de humo, Kaiser grito,
“no disparen, eso es un gas inflamable”, Helena grito: “que esperan, atrápenlos,
que no se escapen”, pero al empezar a disiparse el humo, los policías empezaron
a sentir una gran debilidad en su cuerpo y cayeron al suelo.
Káiser subió a la camioneta
y se sentó al lado del ministro ya despierto, y le dijo a Joseph: “tenemos una
conversación pendiente”. La camioneta siguió su camino, mientras que los
policías seguían en el suelo inconsciente, a lo lejos se veía una ambulancia
que se acercaba en su auxilio, y aunque fueron rescatados y llevados
seguidamente al hospital, seguían inconscientes estos 30 policías, esto era un
mensaje para Leopolis, y es que Kaiser, es alguien de temer.
LEOPOLIS
9:10 PM – 5/4/2024 – DISTRITO DOS – GRAN
HOSPITAL CENTRAL - GOBIERNO IMPERIAL DEL SUR
Existe un
ambiente tenso en la sala, todo el mundo habla de lo sucedido el día pasado,
todos le temen a Kaiser y a los rebeldes, la Legión del Fénix ya es muy
conocida por todos, muchos asocian estos hechos con actos terroristas del
pasado, aunque nadie nunca había hecho mención de estos sucesos de manera
oficial, el Vice Capitán hablaba por teléfono, y el teniente Miguel All, hablaba con los doctores
para poder obtener más detalles de su estado.
En una de las
habitaciones, se encuentran los oficiales todavía inconscientes, en ese momento
se despierta Helena, sorprendida y molesta intenta levantarse de su cama, en
ese momento una enfermera que pasaba trata de calmarla, al no poder conseguirlo
los oficiales que custodiaban la puerta intentan detenerla, ya que la intención
de Helena es salir de la habitación, diciendo una y otra vez las palabras: “Voy
a matarlo, voy a matarlo”, en eso entra el vice capitán y le grita:
- ¡Helena
qué diablos te pasa, compórtate!
- Ese
bastardo – decía Helena empezando a tranquilizarse – jugo con nuestras mentes,
conoce todo sobre nosotros
- ¿De qué
hablas Helena? – preguntaba el vice capitán Fernando Aristiguieta un poco
confundido – explícate
- El…
el conoces nuestros nombres, y probablemente lo que hacemos, donde vivimos, lo
sabe todo – Helena decía todo esto con la cabeza baja, después guardo silencio
por unos segundo y al alzar su mirada le dice al vice capitán con voz
desafiante – Fernando, cuéntame todo lo que sabes, solo así podremos atraparlo.
- Todo
lo que necesitas saber está en los archivos, no te oculto nada
- Mientes,
sé que mientes, desde hace dos años están ocurriendo cosas raras en este país,
¿qué paso hace 16 años, porque es tan importante atrapar vivo a Kaiser? Si no
me lo cuentas todo, no podre atraparlo.
- Te
lo dije, todo está en los archivos, y si sigues molestando tendré que hablar
seriamente al presidente de tu caso
- De
que hablas, yo soy tu jefa aquí
- Lamento
desilusionarte, he sido nombrado ministro de la defensa federal de Leopolis,
ahora estas bajo mis órdenes Helena – decía Fernando con una sonrisa en la cara
– así que cumple con tu trabajo o quedaras despedida
- S…
si señor
- Qué
bueno que lo entiendas, ahora sorpréndeme y atrapa a ese delincuente.
LEOPOLIS 9:13 PM – 5/4/2024 – CUARTELES
DEL LA LEGION DEL FENIX - EN ALGUN LUGAR
DEL DISTRITO TRES – GOBIERNO IMPERIAL DEL SUR
“Buenas noches Joseph, espero hayas
dormido bien”, Kaiser decía esto mientras se acercaba a la celda en donde se
encontraba el ministro de comunicación, Káiser le hace una seña al guardián de
la celda, indicándole que la habrá, el soldado obediente lo hace, y Káiser mira
por unos segundos a Joseph y le dice:
- Bueno
que esperas – decía mientras extendía la mano – ven conmigo.
- Pero
señor el juicio – con preocupación replico el guardia – mañana la gente espera
el juicio, acaso planea liberarlo.
- Calma
– mirando a los ojos al guardia - solo quiero conversar con un viejo amigo
El guardia observa cómo se alejan Káiser y
el ministro de comunicación, mientras, el guardia de la prisión de al lado, al
escuchar todo, se acerca y pregunta, “¿de donde se pueden conocer estos dos?”,
el primer guardián se quita la máscara y responde:
- no
tengo ni idea
- ¡Hey!
– replico el segundo guardia – es contra las reglas quitarse las mascaras
- Tranquilo,
no estoy acostumbrado a las máscaras – dijo el primer guardia, mientras
respiraba aire fresco – mi nombre es León, mucho gusto.
- En
realidad soy mujer, y me llamo Anarquía – estiraba su mano hacia León en señal
de saludo – soy la líder del escuadrón de reconocimiento y destrucción.
- Lo
siento… es que como tienes… eh… la voz un poco gruesa… eh… ¡Mucho gusto! – respondió
León dándole la mano en señal de saludo a Anarquía – soy el líder de los guardianes
- No
tienes por qué disculparte. En realidad el presentarnos esta de mas, ya que
nuestras mascaras nos identifican, tú con esa mascara de un León y yo con esta
mascara con el símbolo de la anarquía.
- Todavía
no entiendo que tiene de malo el decir nuestros nombres reales
- Tonto
es para nuestra protección ya que si nos atrapan, nadie delatara a los demás
integrantes de la Legión
- Si
nos apegamos al plan jamás nos atraparan – decía León con una sonrisa y mirando
al techo – además, el plan del gran líder Kaiser es sin errores.
- Nunca
subestimes a nuestros adversarios, ellos tienen un gran ejercito de su lado
- Y
nosotros tenemos a todo un pueblo – replico León mientras apretaba sus puños –
si estamos del lado de la justicia jamás seremos derrotados.
- A Anarquía
se le escapa la risa – ¿dime cuántos años tienes?
- 16 –
decía León mientras miraba con curiosidad a Anarquía – ¿y usted cuantos tiene?
- Ya
veo así que eres uno de los elegidos – Anarquía miraba a León y se acariciaba
su cabello – imagino que tus amigos guardianes también tendrán tu edad.
- Si
señora Anarquía, ¿pero porque soy un elegido, y porque usted también está
custodiando una celda?
- En
eso suena el celular de Anarquía, ella lo revisa y dice – lo siento chico, Káiser
me llama – pero mientras seguido el camino que Káiser y el Ministro habían
recorrido hace pocos minutos. Volteo y le dijo a León – 23, esa es mi edad,
espero nos volvamos a encontrar, León.
Anarquía salía
de la cárcel de la Legión, esta se encuentra en el sótano de una casa, una casa
sin cuidado y deplorable, la casa está ubicada en la parte más alta del barrio,
por lo tanto muy pocas personas transitan por ese lugar. Anarquía subió por las
escaleras dirigiéndose a la casa que se encuentra en lo más alto, en esa casa
se encuentra el escondite de Kaiser y sus aliados, al llegar a la puerta de esa
casa, procedió a tocar el timbre dos veces seguidas, golpear la puerta dos
veces más, y luego tomando su reloj y contando diez segundos tocaba dos veces
más el timbre, la puerta se abre automáticamente, entra a un pasillo oscuro, da
uno tres pasos y espera, acto seguido se abre una puerta, y continua caminando,
al entrar encuentra una casa común de un barrio, sin ninguna novedad aparente,
esta casa se divide en dos baños, tres cuartos, una sala, una cocina y la parte
trasera de la casa que es semi descubierta con un piso de madera, Anarquía ve a
Madelin preparando unos alimentos y le pregunta.
- Señora
Madelin, busco al León negro ¿sabe usted donde se encuentra?
- Está
en la sala de entrenamiento, pero ya no es necesario que lo llames así, Anarquía
- Si
señora
Anarquía
camina hasta la parte trasera de la casa, allí puede mirar al cielo, pero sigue
caminando y llega a una parte techada, en la esquina se encuentra a un soldado
con la máscara de un cocodrilo sentado en un mueble, a lo que Anarquía dice:
“cocodrilo es urgente que vea a Kaiser, ya que las hadas caminan sobre nuestras
cabezas buscando nuestra muerte”, cocodrilo se levanta, mueve el mueble, donde
se encuentra una puerta muy bien camuflajeada con el piso de madera, lo abre y
dice: “Kaiser está en una reunión con el ministro, se prudente”, Anarquía asentando
la cabeza le daba a entender que comprendía el asunto, ella bajo por las
escaleras y se encuentra con otra puerta, custodiada por dos guardias, “guardias
es urgente que vea a Kaiser, ya que estamos a punto de cosechar”, los guardias
abren las pesadas puertas que conducían a un pasillo oscuro, allí se paraba y
esperaba unos segundos, después una puerta que se encontraba en frente de ella
se abría automáticamente, al pasar la puerta, se encontraba en una recepción,
allí se encuentra otro soldado, quien le pregunta sus datos a Anarquía, después
de ello presiona un botón, este botón se alumbra en rojo, después de unos
segundos alumbra en verdad, esto significa que puede pasar a la oficina de
Kaiser, al entrar llega a una oficina algo amplia, con computadores y algunos
guardias, allí estaba sentado el ministro en un sofá algo grande y cómodo,
Kaiser se encontraba sentado sobre una mesa, Anarquía habla con algo de miedo:
- Dis…
disculpe seños Leo… digo Kaiser, soy Anarquía y recibí un mensaje de que quería
verme
- Por
supuesto Anarquía – decía Kaiser de una forma muy alegre – vamos siéntate, no tengas miedo, todavía no como humanos.
- Anarquía
se sentó y dijo – en que puedo servirle señor
- Kaiser
la miro por unos segundos y le dijo al ministro - mírala muy bien Joseph, observa la pieza clave
de la libertad, ella es mi as bajo la manga
- No
te ofendas Kaiser – replico el ministro – solo es un soldado
- ¿soldado?
Has dicho ¿solo un soldado? – dijo Kaiser un poco sorprendido y disgustado por
la repuesta del ministro – mírame Joseph, mira esta mascara, mira la locura que
creo, observa el miedo en la gente, en los oficiales – acercándose a el
ministro seguía diciendo – el miedo que les causa a este gobierno – ahora
tomando una espada que se encontraba en la pared y dirigiéndola hacia la
garganta del ministro continuo su idea – el miedo que te causo a ti
- No…
no tengo miedo – dijo Joseph en su defensa.
- ¿No
tienes miedo?, entonces dime ¿Por qué tiemblas como una pequeña y cobarde
gallina, porque sudas como un asqueroso cerdo? ¿si eso no es miedo, entonces
qué es?
- Has
cambiado demasiado Dan - dijo el
ministro mientras tragaba un poco de saliva
- Shhhh
– era el sonido que hacia Kaiser con su boca, advirtiéndole al ministro que
guardara silencio – creo que hablas demasiado Joseph – decía Kaiser mientras se
sentaba al lado del ministro y con su brazo izquierdo pasaba alrededor del
cuello de Joseph, y con su mano derecha movía la espada acariciando el rostro
del ministro – si no paras de hablar tendré que contarte la lengua antes del
juicio.
- Lo…
lo siento – decía Joseph con lágrimas en los ojos.
- Kaiser
se levantó y coloco la espada en la pared nuevamente y dijo – debo darte las
gracias, el que me hayas protegido este tiempo es algo que te convierte en una
buena persona para mí, pero lo que hiciste con el pueblo, solo ellos pueden
perdonártelo - Kaiser miraba a Anarquía
y le dijo a ella – llévatelo, mañana será un día decisivo para él.
- Si
señor – contesto Anarquía obedientemente.
- Hare
lo que pueda para que vivas un día mas – dijo Kaiser luego de suspirar – así que
por favor ve con Anarquía hasta tu celda.
Los dos
salieron de la oficina de Kaiser, Tobías quien escucho toda la conversación se
levantó y dijo a Kaiser: “¿qué pasaría si sucede lo peor?”, Kaiser se quitó la máscara
y solo sonrió, camino hacia la puerta y antes de salir le dijo a Tobías: “la
vida nunca debe dejarse al azar”.
LEOPOLIS 8:18 AM – 6/4/2024 – DISTRITO UNO – SEDE PRINCIPAL DE LA POLICIA FEDERAL - GOBIERNO
IMPERIAL DEL SUR
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